LOS ORNAMENTOS LITÚRGICOS
Las vestimentas litúrgicas son utilizadas por los sacerdotes y otros ministros en la celebración. Hay algunas, como la casulla y la estola que son propias de los ministros ordenados.
Alba Del latín "alba", "blanca". Vestimenta de todos los ministros en la celebración litúrgica, desde los acólitos hasta el presidente. Se utiliza con cíngulo a la cintura y con ámito sobre el cuello.

Simbolismo: Tiene un sentido bautismal. La pureza del alma lavada por el bautismo. El domingo segundo de Pascua, o sea, en la octava de Pascua, se solía deponer el "alba", el vestido blanco que habían recibido los neófitos en su Bautismo una semana antes. Por eso este domingo se llamó "dominica post albas", y más tarde "dominica in albis".
Oración del sacerdote: "Blanquead, Señor, y limpia mi corazón, para que, purificado con la sangre del Cordero, disfrute de los gozos eternos"
Deálba me, Dómine, et munda cor meum; ut, in Sánguine Agni dealbátus, gáudiis pérfruar sempitérnis.
Ámito Del latín "amictus", de "amicio, amicire", rodear, envolver. Lienzo rectangular de lino blanco que el sacerdote se coloca sobre los hombros y alrededor del cuello antes de ponerse el alba. Se sujeta por medio de cintas cruzadas a la cintura. Se utiliza al menos desde el siglo VIII y hasta el presente.

Simbolismo: defensa contra las tentaciones diabólicas y la moderación de las palabras.
Oración del sacerdote al ponerse el amito: "Señor, poned sobre mi cabeza la defensa (el yelmo) de mi salvación, para luchar victorioso contra los embates del demonio" (Cfr. Efesios 6,17)
"Impóne, Dómine, cápiti meo gáleam salútis, ad expugnádos diabólicos incúrsus"
-Benedicto XVI sobre el amito: “En el pasado, éste se colocaba primero en la cabeza como una especie de capucha, convirtiéndose así en un símbolo de la disciplina de los sentidos y del pensamiento necesaria para una justa celebración de la Santa Misa”. “Los pensamientos no deben vagar aquí y allá detrás de las preocupaciones y las expectativas del día; los sentidos no deben ser atraídos de aquello que allí, al interior de la Iglesia, casualmente quisiera secuestrar los ojos y los oídos”. “Si yo estoy con el Señor, entonces con mi escucha, mi hablar y mi actuar, atraigo también a la gente dentro de la comunión con Él”.
Casulla Del latín "casula", "casa pequeña" o tienda. La vestidura exterior del sacerdote, por encima del alba y la estola, a modo de capa. Origen: el manto romano llamado "pénula". El color cambia según la liturgia. Los colores litúrgicos son verde, blanco, rojo, morado.

Simbolismo: el yugo de Cristo y significa caridad.
Oración del sacerdote: "Señor, que dijiste: "Mi yugo es suave y mi carga ligera"; haced que de tal modo sepa yo llevarlo para alcanzar vuestra gracia"
Dómine, qui dixísti: Jugum meum suáve est et onus meum leve: fac, ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam. Amén.
Cíngulo Del latín "cingulum", de "cingere", ceñir. Cordón con que se ciñe el alba.

Simboliza: castidad.
Oración del sacerdote: "Ceñidme, Señor, con el cíngulo de la pureza y extingue en mi cuerpo el fuego de la sensualidad, para que posea siempre la virtud de la continencia y de la castidad"
Praecínge me, Dómine, cíngulo puritátis, et exstingue en lumbis meis humórem libídinis; ut máneat in me virtus continéntiae et castitátis.
Estola Vestimenta litúrgica en forma de larga y estrecha banda que deben llevar los ministros ordenados y solo ellos. Obispos y sacerdotes la llevan sobre el alba, colgando del cuello hacia el frente y sostenida por el cíngulo. Los diáconos la visten sobre el hombro izquierdo y la fijan a la derecha de la cintura. Generalmente es del mismo color que la casulla.

Simbolismo: la autoridad sacerdotal.
Oración del sacerdote: "Devuélveme, Señor, la insignia de la inmortalidad que perdí en la prevaricación de los primeros padres, y aunque indigno me acerco a vuestro Santo Misterio, haced que merezca, no obstante, el gozo eterno".
Redde mihi, Dómine, stolam inmortalitátis, quam pérdidi in praevaricatióne primi paréntis: et, quamvis indígnus accédo ad tuum sacrum mystérium, mérear tamen gáudium sempitérnum.